Entrad a mi mundo y participar de mi vida.

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CAMPANILLA

Un pais de nunca jamas

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jueves, 23 de septiembre de 2010

LOS POLLITOS

CUANDO NACIÓ LUCIA

CUANDO NACIO LUCIA

Esta es la historia de “Cuando nació Lucía”, una niñita preciosa que cambio nuestras vidas. Llego en el momento más inoportuno ¡ó! oportuno no sabría qué decir, pero ha sido un regalo que nos ha mandado el destino.

UNA NOCHE BLANCA
Cuando nació Lucía, el día era frío y desapacible, nevaba y llovía  al mismo tiempo, era un 12 de Febrero cuando recibimos una llamada de teléfono de su madre diciéndonos que la niña ya estaba en camino.
Nos pusimos en marcha hacía Granada, una bonita ciudad en la que nacería. La carretera no estaba en muy óptimas condiciones, pero yo quería estar allí cuando viniera al mundo. Nos habían dicho sus padres, que el parto iba para largo, que por lo menos 24 horas hasta que Lucía pudiera ver la luz del Sol. Pero yo estaba segura de que no, yo también había pasado por lo mismo con su madre y en poco tiempo nació mi hija. Mi marido pensó que llevaban razón y que no deberíamos ponernos en camino hasta el día siguiente, como nos habían recomendado, pero me vio con el fastidio que me quede que al final nos pusimos en marcha, el rezongando y yo segura de hacer lo correcto si queríamos verla nacer. Por el camino le comente, “Lucia no va a esperar 24 horas para conocernos, antes de las 3 de la mañana nacerá igual que su madre”. Curiosa coincidencia su mama nació también una noche de viernes a sábado a las 3 y media de la madrugada.
La carretera no estaba demasiado mal así pues nos animamos a lo largo del camino pensando que no tendríamos ningún problema. Ya llevábamos casi medio camino cuando comenzamos a leer en los luminosos de la carretera las indicaciones y las precauciones que nos recomendaban tomar, pues la carretera por la que teníamos que pasar al parecer tenía problemas de nieve.
¡Pues si! Al final nos pillo la nieve. Un temporal de nieve copiosa y abundante nos sorprendió a unos cincuenta kilómetros de Granada. La angustia nos invadió a mí y a mi marido, ya no solo por lo mal que se transitaba y lo peligroso que era, sino también por la impaciencia de llegar a Granada y estando a tan pocos kilómetros no poder hacerlo. Pero algún coche siempre atrevido se arriesgaba y uno de los que paso nos fue abriendo camino, nos colocamos detrás de él y así pasamos aquel tramo tan desagradable y peligroso.
Ya veíamos Granada al alcance de la mano, mi corazón latía con fuerza y la impaciencia iba ganándome terreno, aunque pretendiera mantenerme tranquila.
Una llamada de teléfono sonó en ese momento en que entrabamos a la circunvalación de la ciudad, era el padre de Lucia que nos decía como iba su nacimiento y que no nos preocupáramos que todo iba bien y como les habían dicho despacio. Yo seguía queriendo llegar lo antes posible.
Ya estábamos cerca del hospital, ¡pero ahí por Dios! Nos equivocamos nos imaginamos que estaría luchando por nacer en la maternidad y no era así. El empleado de la maternidad que nos atendió fue sumamente amable y nos consiguió averiguar dónde estaba dando a luz la mama de Lucia a esta.
Nos apresuramos a ir para donde nos había dicho el amable empleado, con una serie de contratiempos mas que no voy a relatar, pero que nos hicieron atrasar mas el momento de entrar en el Hospital Clínico que era donde debíamos de ir.
Por fin, allí estábamos ya subiendo a la planta donde nos habían indicado estaba el paritorio. Había mucha gente pero no vimos ninguna cara conocida que nos pudiera dar información de cómo iba el proceso. Después de un largo rato, se nos ocurrió preguntar a una enfermera que vimos entrar.
-.Somos los padres de Cristina y venimos desde lejos a ver nacer a nuestra nieta quiere hacernos el favor de decirle a nuestra hija que ya hemos llegado. Dele un beso de nuestra parte.-
La señorita muy amable nos dijo que en cuanto pudiera se enteraría de cómo estaba Cristina y nos lo diría. Después de un rato salió para decirnos:
-.En un momento saldrá el marido de su hija para decirles como va todo.-
Que impaciencia que teníamos, no sabíamos si estar de pie o sentados, si andar o estar quietos, si hablar o callados. Que larga espera.
Al cabo de un rato que se nos hizo interminable, vimos a Robert salir y dirigirse hacia nosotros.
-¿Como esta Cristina? ¿Cómo va todo?.
Su sonrisa nos lo dijo todo. ¡Ya había nacido Lucia!
-¡Ya!... Nos dijo solo eso, pero me abrace a mi marido luego a él y mis lágrimas comenzaron a salir a trompicones en la inmensa alegría que me invadió.
¡Lucia!... Lucia ya había llegado y nosotros también a tiempo de estar allí en el momento en que vio la luz o la noche blanca de su nacimiento.
Esta pequeña Princesa, supo elegir el momento, para que sus abuelos pudieran llegar a verla nacer. Una hermosa noche nevada pero llena de alegría y esperanza en nuestras vidas.

domingo, 19 de septiembre de 2010

SOSPECHA


Sonaba el despertador , eran las 7 de la mañana de un día de primavera que prometía ser precioso. Marla se desperezo, no tenia ganas de levantarse de la cama, no se encontraba con ánimos de empezar aquella jornada en la Residencia en la cual trabajaba, a pesar de contar con un buen ambiente dentro de su grupo de trabajo, ya llevaba un tiempo que le costaba incorporarse cada mañana a su ritmo de vida habitual. Sentía un pequeño temblor en la mano y brazo izquierdos, cosa que la tenía preocupada. Había trabajado con ancianos desde hacía bastante tiempo y conocía los síntomas de algunas enfermedades, temía que pudiera ser una de ellas.




Decidió levantarse y cuando volviera a medio día pedir cita con su doctora y salir de la incertidumbre.


Lo había comentado con su hijo y este le quito importancia, es verdad que ella últimamente estaba un poco alterada, podría ser eso.


Marla era una mujer muy activa y también con mucho carácter y dominio y eso le provocaba a veces un mal estado anímico, al comprobar que a veces dañaba con su actuación a sus seres queridos, con lo que pasaba un mal momento.


Acudió a su trabajo el día como todos fue agotador, en la Residencia había mucho trabajo. Entre sus compañeras y la tarea se paso el tiempo sin sentir.


Llego el final de la jornada y al volver a casa y relajarse volvió a sentir el mismo temblor en el brazo izquierdo que tanto le llamaba la atención. Se decidió y llamo para pedir hora al medico.


Ya tenía la cita, se tranquilizo. Paso el día como todos los días desde hacía muchos años, dedicada a sus quehaceres y a preparar las cosas para el día siguiente acudir otra vez a su trabajo.


El día de la cita del medico la acompaño su marido. Le comento a la doctora con la que tenía ya una gran confianza sus temores, esta la tranquilizo y le comento que podrían ser un montón de otros motivos por los cuales notaba estos síntomas, pero que no creía que fuese nada preocupante. Al insistir Marla en los síntomas que sentía, la doctora ya le aconsejo visitara al neurólogo para que saliera de dudas.


Al día siguiente sin dudarlo Marla pidió cita con una neuróloga de las que le pertenecían y elegida al azar.


Ya tenía la cita, y los síntomas seguían apareciendo en su vida, haciendo que cada vez se preocupara un poco más. A veces se decía para si misma; (que tonta soy cuando valla a la neuróloga me dirá, que no es nada o que es cualquier cosa sin importancia y quedare como una exagerada), pero prefería hacerlo así y salir de dudas.


Llego el día de la cita con la especialista, Marla acudió tranquila pero preocupada y ya casi segura de que algo raro había en ella. Aun así ya en la consulta estuvo a punto de irse y demostrarse a si misma lo absurdo de sus sospechas, pero algo la hizo quedarse y salir de dudas.


La neuróloga era una mujer muy agradable y que inspiraba confianza, cuando Marla la explico el caso, ella muy seguro de si misma la reconoció. la hizo salir al pasillo y la pidió a Pilar que andará por un pasillo relativamente largo lo más deprisa que pudiese. Al volver a entrar su cara no era la misma y Marla intuyo que la respuesta era lo que ella tanto temía.


Todo alrededor parecía que se moviera para Pilar, solo oyó que la doctora le decía, “tómese su tiempo no hay prisa”. Ahí estaba, el temor de Marla se había confirmado. Parkinson.


Las lagrimas acudieron a sus ojos, no quería llorar pero lo hizo, oyó una voz que le decía , “ te haré unas pruebas para confirmar pero ya vamos a ir poniendo medicación pues así vamos adelantando porque estoy segura, pero no te preocupes esos temblores te los vamos a quitar”. Había empleado el tu y en sus ojos se veía un reflejo de lastima. Marla nunca había notado una mirada así hacía ella en ningún momento se su vida.


Salió de la consulta como si al andar flotara, parecía no estar en este mundo. Mas según iba caminando parecía que todo se iba esfumando , las palabras de la doctora parecían lejanas, todo lo que había oído desaparecía de su mente. Ella se encontraba bien lo demás no tenia importancia, un pequeño temblor,¡va! Eso no era nada .


Llego a casa y se puso con sus quehaceres como tantos días mas, su marido llegaba a comer y centro toda su atención en eso, había desaparecido el mal rato que había pasado, era como haber tenido un mal sueño, del que al despertar ya no lo recuerdas.


Llego su marido, le pregunto por lo que le habían dicho. Todo vino otra vez a su mente y estallo en lagrimas, se abrazaron los dos y tuvo el consuelo de la persona con la que había pasado la mayor parte de su vida y nunca la había fallado en los momentos que le había necesitado.


Vamos a salir adelante le dijo y su espíritu lo sitio así y se propuso hacerlo de la mano de el.


Continuo con su rutina diaria, se levanto a las 7 de la mañana y fue a trabajar como lo había hecho durante los últimos años. Eso le ayudaría el ritmo del trabajo no le permitiría pensar. Se lo tenía que contar a sus compañeras, allí todo se contaba lo bueno y lo malo, pero no se encontraba con fuerzas para decirlo, sabía que se echaría a llorar y no quería.


A las 9 de la mañana se desayunaba, se juntaba todo el grupo de compañeras y se dialogaba, allí se reía si había algo de que reírse o por el contrarío también si había algún problema todas sufrían con la que lo tenía. Marla decidió decírselo a la mejor de sus compañeras a la que tenía un gran cariño y que era reciproco. Habían comenzado juntas a trabajar en la residencia y habían congeniado desde el principio.


Se lo dijo y le pidió que lo comunicase ella al resto del grupo. Marla salió del comedor donde desayunaban, pues no quería llorar, debía tener la fortaleza necesaria para afrontar la situación frente a todo y ante todos.


Cuando entro, pues ya era la hora de comenzar a dar los desayunos, se dio cuenta de que su fiel compañera había cumplido su encargo, por las expresiones del resto lo pudo adivinar, no pudo cumplir su propósito y unas lagrimas cayeron de sus ojos. La reacción de sus compañeras, mas bien amigas ya fue un estimulo para ella, todas respondieron dándole su apoyo y animándola.


Se lo comunico a sus hijos los que por supuesto respondieron como ella había supuesto brindándole todo su apoyo y animándola a pelear contra este buen señor que se había asentado a su lado sin que nadie pudiera echarle. Así se planteo Marla su vida, a partir de ahora había que llevar siempre detrás a un acompañante indeseado.


Y día tras día Marla fue superando, o mas bien aceptando ese cambio en su vida. Comenzó a tomar la medicación que le habían prescrito y de momento su rutina no se vio alterada. Continuo con su trabajo, esto le ayudaba, de momento el ritmo de su trabajo no se vio alterado no tenia demasiados síntomas para que le afectase, además la medicación le ayudaba.


Pero, como siempre hay algo que falla el tratamiento la hacía que su comportamiento se viera alterado.
Le entraba sueño a veces y sin embargo dormía poco, pero iba llevándolo bastante bien, la música le ayudaba con el ritmo a moverse y asi fueron transcurriendo los meses.


Pero Marla sabía que solo era una tregua que el Sr. Parkinson le concedía y empezó a prepararse para la pelea que habría de mantener con él y no tardando mucho. Lo haría por ella por su marido y por sus hijos pero sabía lo duro que sería, volvieron a saltárseles las lagrimas y ya supo que esas lagrimas siempre la acompañarían como fieles amigas que podrían consolarla.

EP

El mal de Parkinson fue identificado por el cirujano y paleontólogo James Parkinson hace ya casi 200 años, pero desde entonces no ha podido determinarse el origen de la enfermedad, que afecta a 90.000 personas en España. El aumento de la esperanza de vida acrecentará estas cifras, porque la patología afecta a una de cada 50 personas mayores de 65 años.


UNIVERSO

UNIVERSO
gumiel

Teoría de como se formó la TIERRA


La teoría del Big Bang explica cómo se formó.
Dice que hace unos 15.000 millones de años la materia tenía una densidad y una temperatura infinitas. Hubo una explosión violenta y, desde entonces, el universo va perdiendo densidad y temperatura.El Big Bang es una singularidad, una excepción que no pueden explicar las leyes de la física. Podemos saber qué pasó desde el primer instante, pero el momento y tamaño cero todavía no tienen explicación científica



La Tierra


Nuestra posición
Nuestro mundo, la Tierra, es minúsculo comparado con el Universo. Formamos parte del Sistema Solar, perdido en un brazo de una galaxia que tiene 100.000 millones de estrellas, pero sólo es una entre los centenares de miles de millones de galaxias que forman el Universo.

La Tierra

La Tierra
gumiel

VOLAR, VOLAR......

Os invito a entrar en el Pais de Nunca Jamas, donde hareis realidad vuestros sueños, al igual que los Niños Perdidos vivireis aventuras emocionantes al lado de Peter Pan, dejaros llevar por la fantasia. Wendy dudaba de su existencia y pudo comprobar que alli estaba cuando Peter vino a buscarla y junto con sus hermanos volo al pais de ensueño.¡Volar!... al pais donde todo es posible y vivir un sueño inolvidable. CAMPANILLA